“Solidaridad
Intergeneracional: Derechos Humanos y Responsabilidad Social”.
Después de la presentación dimos paso a la MESA REDONDA donde abríamos un pequeño debate desde diferentes puntos de vista con un objetivo común: COMPARTIR.
Virginia Brezo (Participante de 2º de Educación Social); Emilio Nieto (Participante de la Universidad de la Experiencia); Leticia de la
Parra (moderadora) y Cristina Giraldo (Participante de Educación Social).
ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y SOLIDARIDAD INTERGENERACIONAL
Como todos y todas sabemos, el
recién finalizado año 2012 ha sido el año Europeo del envejecimiento activo y
la solidaridad intergeneracional, si bien a mí me gustaría más referirme a
madurez activa y solidaridad intergeneracional.
Es un hecho que la población
europea está sufriendo un envejecimiento progresivo. Las tasas de natalidad y
mortalidad han ido en descenso. Respecto a las últimas décadas, el número de
jóvenes es menor y hay un aumento de las personas mayores de 60 años. Y cada
vez, la diferencia es mayor. Pero, la diferencia no se halla sólo en la edad.
Este crecimiento abre una brecha generacional que se puede manifestar de manera
cultural y social. Las personas mayores representan nuestra historia, nuestro
origen y son la explicación de cómo nuestra sociedad ha evolucionado hasta
llegar a ser lo que es. Por su parte, la población joven representamos a la
sociedad europea del futuro. Lo que seremos y cómo viviremos está en nuestra
mano.
Es una gran pérdida que ambas
generaciones no se sientan unidas, porque tanto unas personas como otras podemos
aprender y salir muy beneficiadas de esta interacción.
Desde el punto de vista de este
alumnado joven universitario, observamos que las personas mayores no llegan a
tener todas las oportunidades que en un principio, aparentemente, se les brinda:
Las personas mayores tienen varias actividades en los diferentes Centros de Día,
sin embargo, muchas de ellas no se consiguen sentir realizadas; por ellas,
vemos de clara importancia de que la madurez activa se consiga. Por la misma
razón, consideramos prioritario que se fomente la solidaridad
intergeneracional, ya que como ya hemos dicho tiene que haber un vínculo entre las
personas mayores y las jóvenes para que no haya un abismo entre ellas y el
diálogo sea más cercano y humano.
Por eso
consideramos que es necesario que se trabaje para desarrollar programas actividades con nuestros mayores, teniendo
en consideración las propuestas que ellas ofrezcan, tal y como nos planteamos
en esta Jornada intergernacional. Es decir, que las acciones que realicemos, cubran
las necesidades y posibles aportes de estas personas, que son muchos, a la
sociedad, a la educación, a la cultura, a la economía y al medioambiente: son
sus derechos humanos y nuestra responsabilidad social. Para ello, es necesario encontrar
espacios de encuentro con la población en proceso de envejecimiento, para así
poder saber cuáles son sus necesidades, sus intereses, sus derechos, sus
aportes y, a su vez, que esta población joven, como somos esta muestra de
alumnado universitario, tengamos la aoportunidad de aprender con estas personas
mayores, es por lo que hemos diseñado la Jornada a través de esta mesa redonda
compartida de forma equitativa entre una persona mayor y una joven universitaria,
y a través de talleres de forma coherente con estas características (en cuanto a la metodología
–Taller-, el personal participante –intergeneracional- y sus objetivos
–participación-). Y, en
este sentido, entendemos la participación como el dar opiniones y asumir
responsabilidades, considerando a las personas participantes como una personas
adultas, jóvenes o mayores, que tienen posibilidades de acertar o equivocarse y
que tanto un resultado como otro pueden ser aprendizajes muy valiosos para una
sociedad comprometida.
La
diferencia generacional no puede ser nunca una barrera para que exista contacto
con nuestros mayores, más bien puede ser algo muy positivo para ambas partes, puesto
que relacionarse con personas de todas las edades, con diferentes puntos de
vista y distintas vivencias y aportes puede ser algo enriquecedor para todas
las personas. La
sociedad contribuirá así a la construcción de una autopercepción positiva y realista
de las personas mayores y, en coherencia, a un mayor bienestar y competencia
social, personal y vocacional con sentido de responsabilidad social de la
población joven y mayor desde el diálogo
y encuentro que supone compartir conocimientos.