martes, 8 de enero de 2013

MESA REDONDA

Solidaridad Intergeneracional: Derechos Humanos y Responsabilidad Social”.


Después de la presentación dimos paso a la MESA REDONDA donde abríamos un pequeño debate desde diferentes puntos de vista con un objetivo común: COMPARTIR.


Virginia Brezo (Participante de 2º de Educación Social); Emilio Nieto (Participante de la Universidad de la Experiencia); Leticia de la Parra (moderadora) y Cristina Giraldo (Participante de Educación Social). 


ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y SOLIDARIDAD INTERGENERACIONAL 


Como todos y todas sabemos, el recién finalizado año 2012 ha sido el año Europeo del envejecimiento activo y la solidaridad intergeneracional, si bien a mí me gustaría más referirme a madurez activa y solidaridad intergeneracional.

Es un hecho que la población europea está sufriendo un envejecimiento progresivo. Las tasas de natalidad y mortalidad han ido en descenso. Respecto a las últimas décadas, el número de jóvenes es menor y hay un aumento de las personas mayores de 60 años. Y cada vez, la diferencia es mayor. Pero, la diferencia no se halla sólo en la edad. Este crecimiento abre una brecha generacional que se puede manifestar de manera cultural y social. Las personas mayores representan nuestra historia, nuestro origen y son la explicación de cómo nuestra sociedad ha evolucionado hasta llegar a ser lo que es. Por su parte, la población joven representamos a la sociedad europea del futuro. Lo que seremos y cómo viviremos está en nuestra mano.

Es una gran pérdida que ambas generaciones no se sientan unidas, porque tanto unas personas como otras podemos aprender y salir muy beneficiadas de esta interacción.

Desde el punto de vista de este alumnado joven universitario, observamos que las personas mayores no llegan a tener todas las oportunidades que en un principio, aparentemente, se les brinda: Las personas mayores tienen varias actividades en los diferentes Centros de Día, sin embargo, muchas de ellas no se consiguen sentir realizadas; por ellas, vemos de clara importancia de que la madurez activa se consiga. Por la misma razón, consideramos prioritario que se fomente la solidaridad intergeneracional, ya que como ya hemos dicho tiene que haber un vínculo entre las personas mayores y las jóvenes para que no haya un abismo entre ellas y el diálogo sea más cercano y humano.

Por eso consideramos que es necesario que se trabaje para desarrollar programas  actividades con nuestros mayores, teniendo en consideración las propuestas que ellas ofrezcan, tal y como nos planteamos en esta Jornada intergernacional. Es decir, que las acciones que realicemos, cubran las necesidades y posibles aportes de estas personas, que son muchos, a la sociedad, a la educación, a la cultura, a la economía y al medioambiente: son sus derechos humanos y nuestra responsabilidad social. Para ello, es necesario encontrar espacios de encuentro con la población en proceso de envejecimiento, para así poder saber cuáles son sus necesidades, sus intereses, sus derechos, sus aportes y, a su vez, que esta población joven, como somos esta muestra de alumnado universitario, tengamos la aoportunidad de aprender con estas personas mayores, es por lo que hemos diseñado la Jornada a través de esta mesa redonda compartida de forma equitativa entre una persona mayor y una joven universitaria, y a través de talleres de forma coherente con estas  características (en cuanto a la metodología –Taller-, el personal participante –intergeneracional- y sus objetivos –participación-). Y, en este sentido, entendemos la participación como el dar opiniones y asumir responsabilidades, considerando a las personas participantes como una personas adultas, jóvenes o mayores, que tienen posibilidades de acertar o equivocarse y que tanto un resultado como otro pueden ser aprendizajes muy valiosos para una sociedad comprometida.



La diferencia generacional no puede ser nunca una barrera para que exista contacto con nuestros mayores, más bien puede ser algo muy positivo para ambas partes, puesto que relacionarse con personas de todas las edades, con diferentes puntos de vista y distintas vivencias y aportes puede ser algo enriquecedor para todas las personas. La sociedad contribuirá así a la construcción de una autopercepción positiva y realista de las personas mayores y, en coherencia, a un mayor bienestar y competencia social, personal y vocacional con sentido de responsabilidad social de la población joven y  mayor desde el diálogo y encuentro que supone compartir conocimientos.








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